simple decencia



podría creer en los viajes. pero no quiero. me he preguntado durante la tarde qué parte de mi cuerpo me advirtió que hoy sería uno de los días más fríos del año. y cuál fue la parte que me dijo que no escuchara. también me pregunté qué me hace colgar los teléfonos, botar cartas, gritar en la calle y subir de peso. como siempre, la respuesta no estaba en mí. I mean. no soy yo quien resolvió todo este lio. el mismo lio que armé cuando se me ocurrió estar dos semanas enteras pintando mi pieza y leyendo literatura barata. tan barata que hasta mi madre me habla hoy de literatura. supongo que todo siempre estuvo en tener un poco de simple decencia. por eso me repito hoy, cuando me respondo físicamente acerca del frío, I wish that people who are conventionally supposed to love each other would say to each other, when they fight, 'Please—a little less love, and a little more common decency...

el problema del diseño de interiores no es la forma en que ocupas el espacio, el poco espacio que tenemos, sino, creo yo, después de tanto jaleo, la forma en que le explicas a tu familia que un mueble no saldrá tan caro, o la forma en que aceptas los presupuestos, condiciones y excusas de la juguetería del papá. esa bella reunión de ocio y arribismo. esa misma. la misma con la que crecí.

un poco más de decencia, hombre, porque cada insensatez, cada equivocación, le suma puntos rojos a tu cuaderno. a la malla curricular de tu corazón.

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