Everything is

Cuando a vi a johansen entre tanto argentino pensé que era feliz. Obviamente, no lo era. Pero lo pensé. En realidad, recordé la forma en que había pensado ese concierto: tirado en el pasto, con el planetario de fondo, sacando una foto mientras revisaba en mi mochila que la villavicencio no se destapara.

No fue así
Pero fue parecido. Aunque fue una noche y la carla estaba cansada y había un carrito que apenas dejaba escuchar a kevin. El parque que servía de teatro estaba lleno, y si estabas acostado te perdías a kevin y las animaciones que estuvieron particularmente animadas.
Sin embargo, la panorámica estaba. El planetario, a las 23 horas, todavía estaba iluminado y esa imagen permitió borrar mi recuerdo del video de soda y agregar una propia, algo más evolucionada. Aunque claro, mi lado bascombe saltaría de rabia porque ni en la fotografía o en la vida existen pasos hacia adelante. No importa. Lo relevante en este caso es recuperar el momento: pensar en los super panchos y en el color que tenía ese monumento a la constitución a esas horas de la noche.

Y fin. todo tiene un fin y ese fin comenzó en el subte cuando la carla se apoyó en mi brazo y empezó a dormir. Lo demás se explica en tres palabras: estaba muy cansado.

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