ahí se te ocurre algo

la fiebre bonaerense lo descubrió todo. estabas hablando de ti, solo frente a un espejo, y recordaste los beneficios de la televisión a esas horas de la noche. M se había ido lejos. Había dejado todo tan temprano que no había alcanzado a disfrutar de esos momentos. Pero cómo se lo ibas a decir. Le podías dejar una nota frente al espejo que estabas mirando. y le habrías repetido lo loco que era escribir de esa manera. la fiebre bonaerense es la misma que la santiaguina. "pero estás en un hotel" un hotel donde tomas fotos hacia el centro en la madrugada. y despiertas cantando. y te duermes con la televisión encendida. con una cama que se divide en dos a medida que pasan las horas. M había vuelto y ya pensaba en irse de nuevo. Así como lo hace tu padre y el padre de tu padre. pero cuando te vas así, dios cierra puertas y ventanas. ¿cierto? es lo que pasa cada vez que te vas.

la tarde bonaerense se escondió entre las plazas. habías cometido tantos errores que te quedaste dormido. pero despertaste a tiempo. y por qué dices que tienes gente cuando estás solo. por qué te animas cuando todos están mal. pero bueno. te despertaste y escribiste con las ansias que se tienen a esas alturas. M era otra persona con otra inicial pero que creaba las mismas expectativas. M se había ido a trabajar pero te había llenado de mensajes optimistas. si fuera siempre así me ganaría el nobel. el nobel de la paz. Volviste a trabajar y dejaste botada la sed y el hambre. pero qué bien fingiste, hombre. ESO.

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