CEZ

puedes elegir entre tanto que al final terminas sin elegir. te quedas dentro de una tienda plagada de mujeres que cambian con el ruido de las olas y despiertan creyendo que han hecho algo perverso. Las tiendas no tienen nada que ver con eso, pero todo lo que pasa sucede dentro de ellas y no tienes por qué avergonzarte. tampoco de lo otro, porque si me escuchas, así como yo escucho ahora un taconeo incesante, te darás cuenta que la única elección posible está en esa tienda, en esa ropa, en esa bolsa que escoges con la dedicación de una madre. no tienes por qué venir a decir. no tienes por qué volver ni tampoco escudarte en viajes insulsos con gente que no conoces y con hermanas que se acuestan con el primer ex novio que se topan. podría ser todo más fácil que aquello. podrías haberte quedado acá. no sé si conmigo. porque en este instante, cuando escucho el sonido de las vigas de esa cama tres estrellas, parece que ni siquiera me hubieras conocido. no tienes por qué mentirle cuando la besas. ni tampoco entretenerte con las luces que se cuelan en las cortinas tres estrellas. no hay nada peor que hablar sobre eso. podrían ir mañana y comprarme una bufanda. podrían ir mañana y suspirar con su pelo al viento. si sé. soy amable con ustedes. pero eso lo saben. escriben diarios sobre eso, se revuelcan en la cama pensando en ello. así que olvídense y respiren lo suficiente antes de comprar. porque ustedes han nacido para esas tiendas, esas piletas, esas lluvias intermitentes que lo arruinan todo. lo escucho. tan claro como la voz de una de ustedes diciéndome al oído lo mucho que se odian cuando duermen juntas.

No hay comentarios: