1.
No se llamaba Santiago pero sonaba tan bien, tan bien, que tuvo que quedar de esa manera. Fue, cómo decirlo, como una imposición divina. A veces, en las oscuras noches del casco histórico, tendíamos a pensar, con cierta frustración, que hubiesemos sido mejores personas con el mar mirándonos con cara de circunstancia (¿está bien decirlo ahora?). Pero no fue así, y desde esas noches soñé con el puerto, con una voz que me decía algo así como esto: "Oh, night like a golden monster"
2.
Primero las luces. Luego el sutil encanto de un atardecer for export. Luego las mujeres que miraban hacia el techo o hacia el suelo o hacia las cajas de zapatos. Luego los hombres que encienden y apagan velas con las manos y que terminan cada noche tocando con sus mejillas mesas mal talladas. Habían lugares que se escondían a sí mismos, y familias que ocultaban tragedias, verdaderas tragedias, a través de esas paredes que se confeccionaban cada tarde mientras una voz (me) decía "Oh, night like a red earthquake
3.
Después era el sueño, el sueño de verdad. Soñaba que mi madre dormía en el pasto mirando el mar y mi hermana se levantaba y fumaba y mi padre lloraba y mi abuela se tapaba la boca mientras yo escribía una canción sobre todas mujeres que había dejado en el puerto con la mano derecha levantada. Nada más que decir que las extrañaré. Que cada vez que huya del sol o de la lluvia o de la nada pensaría en ellas. "pasan sus cuerpos como estepas dormidas, se vuelven sombras bajo sus brazos, y escriben canciones sobre mujeres que no verán
4.
mujeres que se duermen de espalda; mujeres que despiertan gritando; mujeres que se resfrían; mujeres usan zapatillas sin cordones; mujeres que dice uve; mujeres que miran de reojo; mujeres que escriben resuelven puzzles en los taxis; mujeres que usan flores como marcapáginas; mujeres que coleccionan panes; mujeres que besan los panes; mujeres que se creen tontas; mujeres que tocan el pelo de los hombres; mujeres que comparan pestañas; mujeres fanáticas de un cuento desconocido; mujeres que sueñan con pinos; mujeres que sueñan con subir una escalera; mujeres que se duermen mirando un cuadro mal hecho; mujeres que hacen charquicán; mujeres que odian a las mujeres; mujeres que se duermen en la ducha; mujeres que te miran con cara de eres-tan-tierno-pero.
5.
entonces Santiago tuvo un puerto. Y eso fue suficiente para todos (sic)
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